Consideraciones iniciales
Este artículo es el resultado de un proyecto de investigación que busca evaluar similitudes y diferencias políticas en los usos contemporáneos de las memorias de las Dictaduras Militares en Brasil y Argentina, especialmente en lo que respecta al espectro ideológico de la derecha y la extrema derecha. En este texto pretendemos investigar los discursos de los grupos políticos de dos expresidentes sudamericanos en materia de Derechos Humanos, a saber: Mauricio Macri, presidente de Argentina de 2015 a 2019, y Jair Bolsonaro, presidente de Brasil de 2018 a 2022.
Para ello, recopilamos ocho pronunciamientos o declaraciones, de los cuales seis estuvieron relacionados con el grupo del expresidente argentino y dos del expresidente brasileño, Jair Bolsonaro. La asimetría en los datos se debe a dos razones principales: en primer lugar, la larga carrera política de Bolsonaro, iniciada en 1991, garantiza cierta organicidad a sus declaraciones, constituyendo un grupo político en torno a su nombre, además de un mayor número de declaraciones, mientras que Macri y su grupo asumieron mayor protagonismo a partir de 2015; en segundo lugar, existe una amplia producción sobre el bolsonarismo en Brasil, pero todavía hay pocos análisis comparativos entre Brasil y otras sociedades del Cono Sur.
Durante sus mandatos, los expresidentes se acercaron en distintos momentos, compartiendo perspectivas políticas y económicas (Carmo, 2019). Pese a ello, mientras Macri construye su ethos a partir del imaginario de un empresario exitoso, prudente y hábil en el diálogo (Dagatti, 2022; Nacucchio, 2022), Bolsonaro se apoya en su carrera militar y sus creencias religiosas fundamentalistas para posicionarse como una autoridad, utilizando continuamente la idea de enemigo (Morais & Moita Lopes, 2024; Piovezani & Piris, 2022).
Con base en esto, estructuramos este trabajo de la siguiente manera: en la primera sección discutiremos la relación entre política, fórmulas discursivas y procesos de nominación; en la segunda, reflexionaremos sobre las diferencias en los usos de la memoria de las Dictaduras Militares en el macrismo y el bolsonarismo; en la tercera sección, finalmente, analizaremos los discursos de ambos grupos políticos en torno a la negación de los Derechos Humanos.
1. Fórmulas discursivas y renombramientos como estrategias políticas de negación
Para Plantin (2008), la política es el lugar institucional en el que se asienta el discurso público, involucrando a gobiernos, representantes y ciudadanos en las decisiones colectivas. Para ello promueve (1) el debate entre el Proponente y el Oponente para persuadir al Tercero/Audiencia; (2) la elección –deliberación– de la mejor propuesta con enfoque en el bienestar colectivo; (3) el espacio de ajuste entre lo universal y lo plural; (4) la desnaturalización de las diferencias extrapolíticas dentro del campo político, de modo que la fuerza del argumento supere la fuerza de la coerción; (5) el desarrollo del consenso como objetivo y el respeto al disenso como garantía de la pluralidad democrática.
Desarrollando, sin embargo, una crítica a la visión clásica y racionalista de la política, para la cual el “disenso” representaría la derrota de la razón a través del triunfo de las emociones, amenazando así el orden social, práctico y ético de la democracia, Amossy (2014) defiende la necesidad de reconocer la importancia de las divergencias para la construcción de la democracia, subvirtiendo la retórica del consenso en favor de una retórica polémica.
La gestión del disenso, sostiene la autora, nos permite politizar la(s) sociedad(s) en torno a las cuestiones más fundamentales para la comunidad, evitando que conflictos argumentativos insolubles se conviertan en violencia física. A su juicio, ni la pasión ni la violencia son condiciones necesarias para la polémica, que se configura como una modalidad argumentativa que atraviesa diferentes géneros y tipos de discurso. Caracterizada por fuertes divergencias, la controversia se basa en supuestos, normas y valores compartidos, que garantizan el flujo de comunicación y la construcción de un espacio común (Amossy, 2017).
Para ello, el debate debe asumir dimensiones públicas y tratar de convencer a la comunidad de tomar una posición, pasando de la voz disonante de los actores concretos a la voz abstracta de los actores sociales, responsables de deliberar sobre las posibles opciones para la polis. El discurso polémico, por tanto, organiza diferentes posicionamientos discursivos en conjuntos antagónicos a nivel actancial, a saber: el Proponente, el Oponente y el Tercero (Amossy, 2017).
En el debate político, el principal destinatario del Proponente no es el interlocutor, el Oponente, sino el Tercero, que representa al colectivo y debe ser convencido de adherirse a la tesis propuesta mediante el ataque al Oponente. De esta manera, la polarización provoca un doble movimiento: por un lado, el reagrupamiento social a través de la identificación, como cara positiva de la creación de un “yo/nosotros”; por el otro, como contraparte negativa, la descalificación del “otro” y sus tesis (costumbres, ideologías e instituciones) (Amossy, 2017).
Esto da lugar al adversario común, negado mediante maniobras de difamación que pretenden desacreditarlo y deslegitimarlo, atribuyéndole mala fe y malas intenciones. También según Amossy (2017), una sociedad pluralista debe promover instrumentos de expresión de controversias, con el objetivo de rechazar la violencia y fomentar sus funciones positivas, tales como: persuasión, propuesta de influencia y dominio de la otra parte; vínculos sociales, para establecer relaciones y promover la unidad grupal; protestas, expresando una posición contraria en un debate público; y posiciones, permitiendo estrategias de debate efectivas.
En nuestra opinión, esta estrategia –polémica– parece explicar las características del discurso de Mauricio Macri, afiliado a la derecha política y con un contenido fuertemente neoliberal. El tema más sensible en su disputa con el campo político antagónico es el tema de “Memoria, Verdad y Justicia”, relacionado con el juicio y castigo de los militares por los crímenes cometidos durante la dictadura cívico-militar, también denominada “terrorismo de Estado”. Como veremos, para Macri, la continua movilización política del oscuro pasado del país estaría impidiendo que la sociedad argentina avance en los temas importantes del siglo XXI. Además, desde su perspectiva, los derechos humanos estaban siendo utilizados por Néstor Kirchner, presidente de 2003 a 2007, y Cristina Kirchner, presidenta de 2007 a 2015, para beneficios personales y grupales, sirviendo supuestamente como una estrategia para ocultar la corrupción de sus gobiernos. Por ello, su grupo político se destacó por utilizar frecuentemente la fórmula “Los curros de los derechos humanos”, que, en traducción libre al portugués, sería algo como “O roubo dos direitos humanos”. Volveremos a este punto en la siguiente sección.
Para Krieg-Planque (2010), el uso de fórmulas discursivas es común en los discursos políticos, ya que favorecen la circulación masiva de contenidos y valores sociales, especialmente si consideramos la reciente masificación de los medios digitales. Para la autora, las fórmulas discursivas son secuencias discursivas autónomas o frases cortas1 que se repiten y circulan de forma recurrente en la comunicación humana. Dotadas de relativa fijeza, funcionan como un referente social. En la política, se materializan principalmente como “slogans” o “lemas”.
Además, la fórmula “circula con el apoyo de ciertos usos que le dan un carácter conflictivo o problemático, y con el apoyo de acontecimientos” (Krieg-Planque, 2010, p. 53. Nuestra traducción). En este sentido, también puede considerarse un referente social, un “signo que significa algo para todos en un momento dado” (Krieg-Planque, 2010, p. 53). La intensidad de su circulación está directamente relacionada con la tendencia a la reducción sintagmática, conduciendo a una supuesta simplificación formal de sus significados2. La frecuencia de uso tiende a condensar conocimientos y valores en fórmulas mínimas, ya que las imágenes a las que están asociadas se vuelven fácilmente recuperables por los coenunciadores. Por ejemplo, la fórmula “Los curros de los derechos humanos” puede reconocerse por la abreviatura “Esos/Los curros”.
En definitiva, para Krieg-Planque (2010), las fórmulas se caracterizan por tener un carácter fijo; ser parte de una dimensión discursiva, desde la cual se expresa y circula socialmente; funcionar como referentes sociales de una determinada temática compartida y consolidada colectivamente; y, finalmente, por incluir aspectos controvertidos. Especialmente en los discursos políticos, dichas formulaciones fomentan la antagonización entre grupos que compiten por el poder social, dotándose en ocasiones de virulencia y agresividad3.
El problema parece surgir cuando la polarización da paso a la radicalización política, transformando a los oponentes en enemigos, además de pasar de la lógica del diálogo a la lógica de la guerra, haciendo que el uso de la fuerza prevalezca sobre el uso de la palabra y la eliminación de la disidencia se convierta en una estrategia legítima para la preservación física y simbólica de Nosotros contra Ellos.
Rocha (2021) propone que el modelo político bolsonarista se basa en una retórica del odio, que hace referencia a la reacción militar iniciada a mediados de los años 1980 en Brasil, época en la que se producía la apertura política y el proceso de redemocratización. Según el historiador, entre 1985 y 1988, los militares brasileños escribieron el Orvil (“Libro” escrito al revés), un documento que busca presentar el punto de vista de sectores de la institución sobre la historia brasileña en el siglo XX y surge como una reacción a las denuncias de la práctica sistemática de la tortura y otras graves violaciones de los derechos humanos durante el Régimen Militar (1964 a 1985) expuestas en el Proyecto “Brasil: Nunca Más” (Rocha, 2021, p. 248).
Basado en la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) y escrito en un lenguaje apocalíptico, Orvil denuncia la existencia de una supuesta amenaza comunista permanente en Brasil, anclada en la Guerra Fría para legitimar el uso de la fuerza contra grupos considerados subversivos, los "enemigos internos". " Este documento contiene el modelo narrativo militar del bolsonarismo y sirve como principal fuente de argumentos (Rocha, 2021).
En el caso del bolsonarismo, la principal estrategia discursiva movilizada es el cambio de nombres de términos e instituciones relacionados con los Derechos Humanos, con el objetivo principal de ridiculizar sus propósitos y acciones. A diferencia de Macri, que niega el pasado dictatorial violento del período militar argentino, Bolsonaro no se disculpa por ese pasado y no reconoce crímenes como persecuciones, ejecuciones y ocultamiento de cadáveres.
En Brasil, a diferencia de Argentina, no hubo juicio ni castigo a los militares. En el caso brasileño, por el contrario, hubo una transición pactada entre militares y sociedad civil, por lo que la Ley de Amnistía (1979) acabó funcionando como un olvido de los crímenes cometidos por las Fuerzas Armadas, facilitando su influencia en el proceso de la propia apertura democrática. Finalmente, los crímenes cometidos por el Estado brasileño no fueron reconocidos, lo que llevó a la dilución o silenciamiento de la memoria colectiva sobre la Dictadura, fundamental para mantener la significativa aceptación pública de la apología de la Dictadura Militar brasileña (1964 a 1985) en la opinión pública, como se expresó en la elección de Bolsonaro a la Presidencia en 2018 (Bauer, 2019; Rocha, 2021).
“El fracaso es constitutivo de la memoria, como lo es el olvido. Sin embargo, lo que sucede con los significados de [Mayo 68] es que no sólo fallan en esta memoria, sino que fueron silenciados, censurados, excluidos para que no haya un ya dicho”, afirma Orlandi (2010, p. 65. Nuestra traducción). Además, enfatiza, para que “sus palabras [del sujeto] tengan significado, ya deben tener significado”. Así decimos que está históricamente determinado, por el interdiscurso, por la “memoria del decir” (Orlandi, 2010, p. 64. Nuestra traducción). La estrategia de Bolsonaro privilegia la “designificación”, es decir, a lo largo de su carrera pública, Bolsonaro promueve continuamente el silenciamiento de los sentidos de resistencia al Estado brasileño en el período, su fuerza, sus potencialidades parafrásticas, de ser dicho y recontados, produciendo nuevos significados y organizando los campos y sujetos sociales que los constituyen.
Así, el bolsonarismo pretende borrar y censurar los significados de libertad para los movimientos de resistencia al Régimen Militar, promoviendo la apología de la fuerza contra “todo posible decir de la sociedad, de la cultura que sitúa a los sujetos en la medida de una transformación histórica y social de gran escala. Esta posibilidad surgió en los movimientos del 68, con la palabra libertad como buque insignia” (Orlandi, 2010, p. 62. Cursiva del autor. Nuestra traducción).
En línea con la propuesta de Orlandi (2010, p. 63. Nuestra traducción), en los pronunciamientos de Bolsonaro, los significados de los Derechos Humanos (DH), en el pasado y en el presente, son continuamente “desmoralizados, suavizados, tornados inviables, designificados, excluidos del discurso”. Al designificar las políticas de DH a través de procesos de cambio de nombre, asociándolas con la defensa de criminales o “monstruos” en general, Bolsonaro cambia el valor simbólico de esta expresión nominal, cambiando sus significados de resistencia al poder estatal, ya que los significados de los elementos léxicos surgen de las relaciones asociativas que establecen con otros signos en las formaciones discursivas en las que se enuncian.
En este sentido, los actos de categorización nunca son neutrales, pues expresan las posiciones de quienes los enuncian, provocando acuerdos y controversias. Cuando una determinada categorización se produce y comienza a circular masivamente como sentido común en la sociedad, esto se debe a que se ha naturalizado como evidencia de la realidad. Es por este efecto ideológico que las nominaciones estudiadas compiten por la memoria discursiva, construyendo enunciativamente el presente a través del pasado y el pasado a través del presente. Dicho esto, pasemos a un análisis más detallado de la perspectiva de los dos grupos políticos sobre el pasado dictatorial.
2. Los demonios del pasado: las memorias discursivas sobre la dictadura cívico-militar en el Macrismo y el Bolsonarismo
En su análisis comparativo de las posiciones mediáticas frente a los golpes militares en Argentina y Brasil, Vitale (2015, p. 169) sugiere que “la memoria retórico-argumentativa es inherente a ciertas posiciones ideológicas”, como lo son los casos de grupos de derecha política que apoyaron los golpes de Estado en América del Sur. En su opinión, esta categoría teórica permite acercar el Análisis del Discurso a la Retórica, especialmente si consideramos la fusión del concepto de memoria discursiva con el de persuasión. Para la autora, “los tipos de argumentos codificados por la Nueva Retórica se presentan como herramientas útiles para investigar las formas en que la historicidad penetra la persuasión” (Vitale, 2015, p. 169).
Para Vitale (2015), Courtine considera las formaciones discursivas como memorias discursivas, en la medida en que actúan como “retorno”, “transformación” u “olvido” de algún “acontecimiento discursivo”, siendo estos responsables del funcionamiento de los archivos enunciativos de cada uno. Es decir, un conjunto de dichos que siguen siendo repetidos por diferentes sujetos a lo largo del tiempo, en tanto se inscriban en ese lugar simbólico y asuman sus expectativas sociales. El concepto de memoria discursiva, sin embargo, no considera que “la devolución de lo ya dicho tiene la función de provocar la adhesión a favor de una tesis presentada para aprobación” (Vitale, 2015, p. 158).
Un movimiento que puede buscarse a partir de los aportes de la Nueva Retórica es la comprensión de la persuasión de la audiencia por parte del hablante, con el objetivo de garantizar su adhesión racional y emocional. Al apoyar la necesidad de avanzar hacia la memoria retórico-argumentativa, Vitale (2015, p. 159) trae al debate los “usos del pasado” como “estrategias persuasivas que, en una serie discursiva, apuntan a conquistar una tesis determinada”. Resulta prometedor, entonces, evaluar cómo el discurso político utiliza el pasado para influir en los procesos deliberativos de una comunidad determinada.
Más recientemente, Vitale (2022) investiga cómo el pedido de perdón por crímenes de lesa humanidad o injusticias cometidas contra grupos minoritarios en el pasado expresa una ruptura con los valores que guiaron al Estado argentino en su momento, ya sea a través de la creación de un espacio de la memoria, en el sentido de que necesitamos recordar para no repetir (“Nunca más”), ya sea por su vínculo explícito entre este espacio y los Derechos Humanos.
Para ello, Vitale (2022) traslada el problema del perdón del campo filosófico al lingüístico-discursivo, cuestionando cómo la enunciación política del perdón puede garantizar la legitimidad y la credibilidad del proceso de “pacificación” nacional de las emociones. Sostiene, entonces, que es necesario (i) preguntarse por las condiciones institucionales que gobiernan esta enunciación, (ii) las formas de organizar lo que se dice en este acto de habla, (iii) los significados y normas morales compartidos – e incluso sacralizado – por la audiencia, (iv) las emociones que anclan este decir y (v) la anticipación de las expectativas del interlocutor para que, con ello, pueda disfrutar políticamente de este acto social y lingüístico (Vitale, 2022).
La petición de perdón por crímenes pasados cometidos por instituciones oficiales del Estado tiene una eficacia simbólica capaz de reorganizar las emociones colectivas, afirma Vitale (2022). Reconociendo los errores y pidiendo disculpas sinceras, es posible reconectar a los grupos sociales entre sí y los vínculos de confianza que dichos grupos desarrollan con las instituciones, aspectos fundamentales para la convivencia democrática y la cooperación colectiva en favor de causas comunes. Esta actitud permite que ocurra lo que Paveau (2013 apud Vitale, 2015, p. 6. Nuestra traducción) define como “dememoria”, es decir, “un conjunto de fenómenos discursivos que implican la revisión de los significados atribuidos al pasado, la ruptura o un efecto transgresor en la memoria”, proceso similar al de designificación (Orlandi, 2010), aunque Bolsonaro promueve una inversión del perdón y de la vergüenza por el orgullo de la violencia y el exterminio de los enemigos del Estado brasileño en cualquier momento.
Las condiciones enunciativas para el éxito del perdón en relación con el público son la sinceridad de este acto de habla y la legitimidad de quien habla en ese lugar. Según Vitale (2022, p. 6. Nuestra traducción), el discurso del perdón moviliza “un discurso fundador de nuevas redes de significado en conexión con el pasado: reformula ciertas memorias que habían sido predominantes o que previamente circulaban en la comunidad”. Néstor Kirchner, por ejemplo, consideró una memoria formada a raíz del acercamiento del país a organismos internacionales vinculados a la protección y promoción de los derechos humanos, a partir de los cuales se formularon denuncias de crímenes cometidos por la dictadura militar en el país.
La construcción de significados sobre el pasado fue fundamental para la elaboración y ejecución de los Procesos de las Juntas Militares en Argentina, promulgados por el presidente argentino Raúl Alfonsín a principios de los años 1980 con el Juicio de las Juntas (Procès des Juntas, ver Vitale, 2002, p. 6), se logró juzgar y detener a los primeros jefes militares de la dictadura argentina vinculados al Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. Al Gobierno de Alfonsín (1983 a 1989) se le atribuye el desarrollo de la “Teoría de los Dos Demonios”, encargada de reelaborar la memoria del período autoritario en Argentina, que se encuentra en el Prólogo de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Prologue du Rapport de la Commission Nationale sur la Disparition de Personnes, CONADEP), publicado en 1984 con el título “Nunca Más”. Esta teoría sostiene que hubo oposición entre dos tipos de violencia en el período, apoyadas por grupos opuestos, a saber: la guerrilla de izquierda y las Fuerzas Armadas, en las que estas últimas representaban las acciones del Estado (Vitale, 2022).
De esta manera, el documento también responsabiliza históricamente a la izquierda política y sus grupos armados por actos de violencia durante el período, creando una suerte de simetría de fuerzas y/o métodos entre ambos partidos para explicar rupturas institucionales y crímenes de lesa humanidad basados en razones políticas y conflictos ideológicos de la época. La sociedad argentina, por tanto, comienza a construirse como un tercero en relación con las disputas de estas partes en conflicto, siendo representada como extranjera, inocente o víctima de la violencia cometida por dichos grupos armados, civiles y estatales (Vitale, 2002).
A diferencia de Jair Bolsonaro, que fue unidireccional al culpar a los movimientos de resistencia a la dictadura brasileña y de negación de los Derechos Humanos (Rocha, 2021), el expresidente argentino, Mauricio Macri, demuestra en sus declaraciones públicas una cierta ambigüedad tanto en relación con el pasado dictatorial como en relación con la defensa de los Derechos Humanos en el contexto actual de su país. Por un lado, asocia la política de Estado de “Memoria, Justicia y Verdad” a las agendas e intereses kirchneristas. Por otro lado, reconoce los crímenes perpetrados por el Estado e incorpora la fórmula discursiva “Nunca Más” en algunos de sus pronunciamientos. En Brasil, la militarización de la sociedad no sufrió una ruptura repentina, ya que la Ley de Amnistía (1979) terminó impidiendo el procesamiento de militares involucrados en crímenes durante el período de la Dictadura Militar. La militarización de los años 60 parece, entonces, trasladarse a la seguridad pública en el periodo democrático, como advierte Teles (2018, p. 71. Nuestra traducción):
[e]l trasfondo de la militarización en la historia reciente es la ideología del enemigo interno elaborada durante la dictadura y fortalecida en las últimas décadas. La democracia mantuvo la concepción de la seguridad pública como una guerra contra el enemigo, que iba desde “criminales”, activistas de movimientos sociales, jóvenes negros pobres, locos, narcotraficantes, personas LGBTI, indígenas. En junio de 2013 y en otros momentos de conflictos fuera del promedio aceptado por las políticas de contención (ocupaciones secundarias, “No habrá Mundial”, “Fora Temer”, lucha por la vivienda), se combinaron represión policial y elogios al poder higienizante y. pacificante. Por un lado, se crea el “buen ciudadano”, trabajador (o propietario) y ordenado; por el otro, el vagabundo, el vándalo, el drogadicto, el alborotador, el individuo fuera de los límites que delimitan lo posible autorizado por el orden. A través de la combinación del miedo con la percepción de una fuerza por encima de las leyes, se legitima la violencia. La norma se impone por la fuerza (y se sustenta en leyes) y su lógica es producir lo anormal, lo patológico, respecto de lo cual se debe actuar con rigor para curarlo, eliminarlo o, al menos, anularlo.
En este sentido, hubo un silenciamiento del pasado en el país y, con ello, el replanteamiento del enemigo de la guerrilla para los grupos socialmente excluidos de hoy, especialmente aquellos que viven en las afueras de las grandes ciudades. Los movimientos sociales, como el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), comenzaron a ser denominados comúnmente grupos guerrilleros, si no organizaciones criminales. Es sintomático de ello que, en su votación para destituir a Dilma Rousseff en la Cámara de Diputados en 2016, el entonces diputado federal Jair Bolsonaro afirmó que “perdieron en 1964, perdieron ahora en 2016”, asociando al Partido de los Trabajadores con movimientos subversivos del Régimen Militar (ver Morais, 2019). Se trata de un entrelazamiento de dos memorias políticas distintas para significar la deposición del Gobierno de Dilma y “lanzarse” como candidata presidencial a la Presidencia de la República, habiendo triunfado en 2018.
3. De la polémica a la guerra contra los Derechos Humanos
Comparando el caso argentino y el caso brasileño, parece haber una modulación en el uso de la violencia verbal y la emoción del odio como movilizadores políticos: por un lado, habría una retórica controversial, en la que dicotomizaciones, polarizaciones y las descalificaciones sirven al pluralismo de la escena pública democrática (Amossy, 2017); por otro, hay una retórica fuertemente ligada al modelo de guerra, en la que el odio, las amenazas físicas y simbólicas, el irrespeto a la dignidad de los demás y el desprecio civilizatorio se convierten en marcas argumentativas constitutivas de la imagen política (Rocha, 2021; Morais & Moita López, 2024). Veamos, a continuación, parte de una entrevista concedida por Mauricio Macri a la agencia de noticias BuzzFeed, el 10 de agosto de 2016, en la Casa Rosada, sede de la Presidencia de la República:
1. Sí, claro, pero no es que no apoye, yo tengo un Secretario de Derechos Humanos que vela permanentemente porque se respeten los derechos humanos, del pasado, del presente y del futuro, pero lo que quise establecer con claridad es que yo no puedo interferir. Yo no creo en la forma en que se condujo el Gobierno anterior, donde interfirió, presionó, esa no es la forma de disfrutar de una vida en democracia; el Poder Judicial tiene su tarea, y uno como Poder Ejecutivo tiene otra. Yo desde acá voy por el foco de que se respeten los derechos humanos, y denuncio cualquier violación que encuentre, cualquier tipo de discriminación, cualquier situación, pero después no voy al juez a presionarlo, a amenazarlo, tratar de poner un amigo; esa no es la forma. [...] Sí, todo lo que tiene que ver con esclarecer la verdad, y que se llegue a saber qué es lo que pasó en hechos del pasado, es una prioridad, pero la mayor prioridad es también trabajar en los derechos humanos del siglo XXI, que son el acceso a la educación, a la salud, a un buen trabajo, a un buen transporte público, a todas las herramientas que necesita la gente para ser feliz ¿Cómo no vamos a anunciar un Plan Integral Contra la Violencia de Género? Es un derecho humano del siglo XXI, no nos podemos seguir haciendo los distraídos frente a lo que nos pasa en la violencia de género, en la violencia doméstica, son todas cosas graves que sucedieron durante mucho tiempo, hace muchos siglos que suceden, lo bueno es que ahora, con la información que hay, con este tema de las redes, podemos ponerlo sobre la mesa y realmente trabajar juntos para hacerlo cada día un hecho más pequeño y no una cosa habitual. [...] Es importante saber bien qué es lo que pasó y dar el derecho a que los familiares sepan definitivamente, después de esa horrible tragedia que fue esa guerra sucia, qué fue lo que pasó, porque hay muchas víctimas, y las víctimas tienen derecho a saber qué pasó con sus familiares. [...] Lo que sucedió ya tiene una dimensión, fue lo peor que nos pasó en nuestra historia, no pasa por un número, es algo horrible que pasó y que por suerte también lo pusimos sobre la mesa y lo hemos podido enfrentar con coraje. Porque la verdad siempre duele, duele reconocer las cosas, pero creo que es lo que te hace crecer. Yo siempre vivo hablando de la importancia de que los argentinos nos comprometamos a vivir con la verdad. [...] No tengo idea [si fueron 30.000], eso es un debate en el cual yo no voy a entrar; si fueron 9.000 o 30.000, si son los que están anotados en un muro, o son muchos más. Me parece que es una discusión que no tiene sentido (Buzzfeed, 2016).
En la entrevista se puede notar un intenso debate sobre la relación entre memoria histórica y política. El entrevistador busca en ocasiones que Macri explique su posición en relación con el terrorismo de Estado argentino durante el período de 1966 a 1973, para que pueda reconocer las agendas de los grupos que se involucran en el reclamo de castigo a los responsables y en el pedido de perdón a el Estado (Vitale, 2022). Hay, por tanto, presión del periodista sobre el político para que vuelva al debate sobre el pasado reciente del país para recordar a las víctimas y, al mismo tiempo, establecer una polémica interacción entre ambas posiciones: una voz asociada a la fórmula política “Memoria, Verdad y Justicia” y otra asociada a la fórmula “Los Curros de los Derechos Humanos”.
Como estrategia argumentativa, Macri amplía el concepto de Derechos Humanos, desplazando su enfoque del pasado al presente y al futuro. Por este medio, contrasta su posición con la de sus oponentes, Néstor y Cristina Kirchner, acusándolos de interferir en la autonomía jurídica para juzgar los casos. Así, busca al mismo tiempo legitimar su imagen de político responsable, prudente y republicano y deconstruir la de sus oponentes. No niega el pasado, pero pone bajo sospecha la opinión de sus defensores a este respecto.
Las diferencias entre macrismo y kirchnerismo están marcadas por el uso frecuente de la conjunción adversativa “pero”, como se puede ver en estos pasajes: “Sí, claro, pero no es que no apoye, yo tengo un Secretario de Derechos Humanos que vela permanentemente porque se respeten los derechos humanos, del pasado, del presente y del futuro, pero lo que quise establecer con claridad es que yo no puedo interferir”; “[...] pero después no voy al juez a presionarlo, a amenazarlo, tratar de poner un amigo”; “[...] , pero la mayor prioridad es también trabajar en los derechos humanos del siglo XXI”; “[...] Porque la verdad siempre duele, duele reconocer las cosas, pero creo que es lo que te hace crecer”. Se produce, por tanto, una repetida negación parcial, que retoma el tema de los Derechos Humanos para reconstruirlo en nuevas cadenas de sentido, restando peso a la perspectiva anterior, fuertemente basada en valores compartidos por el campo político contrario. En el proceso de afirmar y luego negar parcialmente, crea un dilema que se opone a las propuestas políticas, colocando matices de complejidad entre la afirmación absoluta y la negación: “sí, pero no tanto”, “sí, pero”. Paralelamente, acusa implícitamente a sus rivales de todo lo que afirma no hacer.
El principal objetivo del entonces presidente argentino es sustentar su denuncia de que el gobierno anterior utilizó el tema para obtener beneficios políticos, práctica a la que se opone, creando, para ello, una imagen de liderazgo competente y dialógico, proveniente del exterior de la política, con un sesgo más tecnocrático, administrativo y republicano. Como enunciador, mantiene la modalidad polémica y se afirma a través de la negación del otro, creando límites, discontinuidades políticas e ideológicas. Además, revierte la acusación, transfiriendo la actitud poco ética a la otra persona. Cuando habla de castigo, no antagoniza a los militares involucrados, silenciando el papel de la institución. De esta manera, preserva la imagen de las Fuerzas, definiendo el momento histórico como una tragedia, forma en la que indetermina a los sujetos, borra sus acciones y naturaliza el fenómeno.
Respecto a la pregunta ¿Fueron 30.000?, Macri vuelve a demostrar habilidad retórica-argumentativa al seguir negando parcialmente la memoria del Terrorismo de Estado, relativizando la memoria de los muertos de la Dictadura. Sin embargo, genera una nueva polémica, ya que expresar ignorancia significa devaluar la causa de la Memoria, la Justicia y la Verdad. En su opinión, el número de muertos no importaría y el debate carecería de sentido.
En definitiva, Macri busca vincularse más al pasado reciente, al presente y al futuro que al pasado lejano, con el objetivo de legitimar su gobierno posicionándose alineado con las supuestas preocupaciones reales, concretas y cotidianas de la población. Al mismo tiempo, en el ejercicio del poder político, preserva estratégicamente los intereses de los grupos militares y de mercado, en consonancia con su alineación ideológica neoliberal. Pretende reforzar los valores considerados universales y compartidos por la audiencia argentina, La Tercera, pero pluraliza sus significados, dándole nuevos ángulos para no ubicar el tema como prioritario. A través de estos medios, crea una escala jerárquica de problemas políticos y sociales en el país. Al restringir el problema al ámbito judicial, se pretende despolitizar el tema y reducir su importancia en relación con las principales agendas y demandas de la sociedad argentina actual.
Años después, el 4 de octubre de 2019, los presidentes de Argentina, Mauricio Macri, y los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, homenajearon a las víctimas de la dictadura en el 40 aniversario del golpe militar. En la ocasión, Macri afirma: “Durante mucho tiempo el Estado guardó silencio frente a las víctimas, silencio que duele. El terror y la violencia de los 70 debe ser recordado como un capítulo oscuro de nuestra historia, como ese país al que nunca más queremos volver”. Luego compromete la memoria del Terrorismo de Estado, afirmando que los militares asesinados “estarán para siempre en la memoria de todos los argentinos. [...] Recordar y honrar a estos valientes formoseños es una responsabilidad con la historia. Es ratificar nuestro compromiso con la república y la democracia”. Finalmente, concluye: “Así queremos vivir, en una Argentina que resuelva sus conflictos en paz” (Efe, 2019).
La presencia del jefe del Ejecutivo en el acto, la expresión implícita del pedido de perdón a las víctimas del terror de los años 70 y el anclaje ideológico de su gobierno en conceptos como república y democracia lo sitúan en un nivel asimétrico en relación con Jair Bolsonaro, para quien no habría habido terrorismo de Estado, por lo que no habría sido necesario pedir perdón por los muertos. Antes de pasar al presidente brasileño, es importante resaltar que la fórmula “el (los) curro(s) de los Derechos Humanos” circula por todo el espectro político de la derecha argentina, incluyendo a la ultraderecha ganadora de las últimas elecciones correspondiente al partido de Javier Milei. A continuación, cinco declaraciones más:
2. Mi gobierno ha sido defensor de los derechos humanos, de la libertad de prensa, acceso a la salud y la educación. Ahora los derechos humanos no son Sueños Compartidos y los "curros" que han inventado. Con nosotros, todos esos curros se acabaron (Macri apud Rosemberg, 2014, s/p. Negrita nuestra).
3. No tienen ninguna autoridad moral. Han utilizado hasta la tragedia que vivimos en la Argentina. Ya califique el comportamiento de ellos como el curro de los derechos humanos [...] Utilizaron esa tragedia para justificarse y saquear el Estado de distintas maneras, con listados de gente que cobró subsidios que nadie puede verificar [...] Estamos hablando de millones de dólares en un país tiene estos problemas de pobreza (Macri apud Página 12, 2014, s/p. Negrita nuestra).
4. Respeto los derechos humanos, pero los del siglo XXI, que la gente tenga acceso a oportunidades, esos son los derechos por lo que tenemos que pelear, no de lo que yo llamé 'el curro de los DDHH', seguir viviendo después de 40 años de una tragedia que vivimos, que hemos condenado pero no es la agenda de hoy, la agenda de hoy es defender los derechos de los chicos que nacen y no tienen acceso a igualdad de oportunidades (Macri apud Infocielo, 2023, s/p. Negrita nuestra).
5. La examinación de los resarcimientos económicos es una propuesta que la abogada viene difundiendo y elaborando desde hace años, y que podría transformar en realidad si llegara al poder. En 2021, antes de obtener por primera vez una banca legislativa, explicó sus argumentos en una entrevista televisiva. “El curro de los derechos humanos sigue vigente. Consiste en una cantidad impresionante de indemnizaciones a personas detenidas, desaparecidas, que se exiliaron y a niños apropiados. Hubo víctimas de estas supuestas desapariciones que fueron indemnizadas, porque hay una ley que así lo dispone. Pero también hay personas que fueron asesinadas por los mismos montoneros, o que integraban Montoneros, sobre las cuales, para la historia oficial, el Estado es el responsable, y por lo tanto, el pueblo”, sostuvo en diálogo con la señal LN+. (Villaruel apud Struminberg, s/p., 2023. Negrita nuestra)
6. «Los liberales en Argentina hemos sido acusados de cosas aberrantes, como nazis, fascistas, fachos. Cosas que no tienen nada que ver con nosotros [...] Nosotros valoramos la visión de memoria, verdad y justicia. Pero empecemos por la verdad: no fueron 30 mil desaparecidos, son 8.753. [...] Hubo una guerra y en esa guerra las fuerzas del Estado cometieron excesos y por tener el monopolio de la fuerza les vale todo el peso de la ley. Pero también los terroristas de montoneros y del ERP mataron gente, pusieron bombas, hicieron un desastre y también cometieron delitos de lesa humanidad. [...] Tampoco estamos de acuerdo con el curro de los derechos humanos, aquellos que usaron la ideología para ganar plata y negocios turbios. ¿O no recuerdan algo así como «Sueños compartidos» y la universidad Madres de Plaza de Mayo. [...] Nosotros venimos a gobernar para construir una argentina distinta y es imposible con los mismos de siempre (Milei apud Redacción RN, s/p., 2023. Negrita nuestra).
Como podemos ver en el primer comunicado, Macri, entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), retoma la negación parcial del significado de los Derechos Humanos. Para el político, este tema se refiere a un uso del pasado con el propósito de mantener y reproducir el poder político por parte de un grupo político. Para aumentar la eficiencia en la adhesión y circulación de este discurso, el imaginario político macrista moviliza formas léxicas y sintagmáticas formulaicas, potenciando la identidad de su posicionamiento ideológico, como es el caso del ítem léxico “curros”, que condensa semánticamente la disputa por la memoria. de los crímenes de la dictadura argentina.
Para Macri estaba en marcha un doble tipo de robo, el del pasado del país, cooptado con fines específicos de poder, y el de la corrupción política. Al robar el pasado, el kirchnerismo estaría intentando legitimar u ocultar un conjunto de prácticas corruptas y no republicanas. La defensa de los Derechos Humanos, en este sentido, funcionaría como una suerte de desvío de funciones, pues permitiría la rapiña, el saqueo, el expolio y la usurpación del Estado argentino, además de desviar importantes recursos en tiempos de crisis hacia acciones consideradas improductivas, y eso terminaría alimentando conflictos internos dentro de la nación.
Es en esta línea que “los derechos humanos” se colocan antagónicamente en relación con la libertad de prensa y el acceso a la salud y la educación, problemas actuales considerados concretos y urgentes para superar la crisis económica en Argentina. Además, estos problemas prácticos que enfrenta la población excluida se opondrían, para Macri, a la “suenõs compartidos” de las Madres de Plaza de Mayo, un movimiento social que denuncia los crímenes militares, especialmente los relacionados con la adopción forzada de niños guerrilleros. Al decir eso “[c]on nosotros, todos esos curros se acabaron”, el Jefe de Gobierno de CABA impulsa un doble movimiento de negacionismo, el de los usos inapropiados del pasado y sus ilegítimos defensores, una ruptura política representada por su gobierno y proyecto de poder.
Todavía en 2014, Macri hizo aún más explícito su antagonismo con el kirchnerismo, negándole “autoridad moral”. Utiliza así argumentos ad hominem para deconstruir el ethos político de sus antagonistas, cuestionando sus valores en la conducta política del país. Sus oponentes son vistos como oportunistas de la tragedia vivida en Argentina. Es interesante notar en este segundo extracto la fórmula condensada “esos curros”, realzando el efecto patético del discurso y convirtiendo la fórmula en un arma semiótica contra el proyecto político antagónico.
En el último extracto, ya en su rol de Presidente de la República, el uso de la conjunción adversativa “pero” vuelve a demarcar la extensión del concepto de derechos humanos en su discurso, en el que sitúa inicialmente el apoyo a los derechos humanos como una premisa argumentativa a producir seguida de una ruptura o resignificación de la expresión en supuesto alineamiento con los desafíos globales del siglo XXI. En este caso, se produce un nuevo movimiento léxico de condensación, resultante de la sustitución de la expresión nominal de Derechos Humanos por la sigla DDHH, haciendo justicia a la economía lingüística. Una vez que se vuelve más compartida en la comunidad, la construcción de sus significados comienza a movilizar significados más implícitos, haciendo secundario su uso analítico.
Para el macrismo, volcar la política a los problemas del presente y del futuro significa promover el “acceso a las oportunidades”. En este sentido, la “tragedia de la Guerra Sucia” no puede funcionar como una “prisión” que reproduce el sufrimiento y desvía el foco de los principales problemas sociales a enfrentar, destacando que la elección de la población para su gobierno expresa el deseo de cambio en relación con los gobiernos predecesores.
La amplia difusión y consolidación de la memoria del terrorismo de Estado en la sociedad argentina presiona incluso a candidatos alineados con la extrema derecha política para que lo respeten en cierta medida, ya que su negación, al contrario de lo que ocurre con el bolsonarismo, sigue siendo parcial, como Se puede ver en los discursos de Victoria Villaruel y Javier Milei en las Elecciones Presidenciales 2023.
En el excerto 4, Villarruel retoma a fórmula “El curro de los derechos humanos” para promover acusaciones contra el campo adversario, en este momento representado por el presidente Alberto Fernández y por el candidato y Ministro de Economía, Sergio Massa. Denuncia entonces “la cantidad impresionante de indemnizaciones a personas detenidas, desaparecidas, que se exiliaron y a niños apropiados”, además de regresar implícitamente a la Teoría de los Dos Demonios para resaltar que habrían existido crímenes también cometidos por la guerrilla, como en el pasaje “Pero también hay personas que fueron asesinadas por los mismos montoneros, o que integraban Montoneros, sobre las cuales, para la historia oficial, el Estado es el responsable, y por lo tanto, el pueblo”. Nuevamente el “pero” funciona como principal marcador discursivo de relativización de la premisa de los movimientos asociados a Memoria, Verdad y Justicia. Además, la mención de “supuestas desapariciones” coloca un nivel de indeterminación en la interpretación de los crímenes. Finalmente, hay un movimiento argumentativo similar a lo que ocurre con Bolsonaro, la equivalencia entre Estado y Pueblo, como si la Dictadura Militar fuera la expresión de los deseos del pueblo, deconstruyendo, en cierta medida, la Teoría de los Dos Demonios para relativizar el poder estatal. de sus crímenes, ya que estaría ejerciendo su rol de protector de la sociedad.
En el quinto extracto, Javier Milei utiliza el “nosotros” para promover el sentido de pertenencia y coherencia entre los liberales, revirtiendo la acusación para situarlos como los verdaderos perseguidores políticos, dado que se les llama “nazis”, “fascistas” y “llamas”. A través de estos medios busca distanciarse del autoritarismo. Luego afirma, “Nosotros valoramos la visión de memoria, verdad y justicia. Pero empecemos por la verdad: no fueron 30 mil desaparecidos, son 8.753”. El uso del “pero” tiene la función de resignificar la necesidad y legitimidad del castigo a los militares al alentar la acusación de usos políticos de esta memoria, revelando supuestamente el verdadero número de muertos bajo el Régimen Militar y refiriéndose intertextualmente a Entrevista de Macri con Buzzfeed en 2016. La afirmación sobre 30.000 muertos estaría, por tanto, entre la hipocresía y la mentira, ya que los movimientos sociales que se sienten autorizados a hablar en nombre de la verdad deberían empezar por ella.
Luego, el candidato presidencial retoma el argumento bélico para denunciar los crímenes cometidos por el otro bando, así como legitimar parcialmente el uso de la fuerza por parte de las fuerzas gubernamentales de la época. En su opinión, es necesario reconocer que “[h]ubo una guerra y en esa guerra las fuerzas del Estado cometieron excesos y por tener el monopolio de la fuerza les vale todo el peso de la ley. Pero también los terroristas de montoneros y del ERP4 mataron gente, pusieron bombas, hicieron un desastre”. En otras palabras, “también cometieron delitos de lesa humanidad”. En seguida, se distancia del kirchnerismo: “[t]ampoco estamos de acuerdo con el curro de los derechos humanos, aquellos que usaron la ideología para ganar plata y negocios turbios. ¿O no recuerdan algo así como «Sueños compartidos» y la universidad Madres de Plaza de Mayo?”. Al igual que Macri, esa distancia es fundamental para mostrarse del lado de los cambios: “[n]osotros venimos a gobernar para construir una argentina distinta y es imposible con los mismos de siempre”.
“El curro de los derechos humanos”, sin embargo, se ancla en acusaciones de carácter político, manteniendo al otro como un “adversario/oponente” al que hay que golpear, pero no un enemigo al que hay que masacrar. Ésta es, en nuestra opinión, la diferencia entre la perspectiva política democrática de Macri y la (extrema) derecha argentina en relación con la (anti)política autoritaria de Bolsonaro. En este sentido, hay, por un lado, una retórica controvertida, que garantiza el contrato de comunicación entre las partes y reconoce valores sagrados relacionados con el perdón y la negación de la violencia, y, por otro, una retórica de guerra, anclada en la destrucción física y simbólica del otro, imposibilitando cualquier diálogo, respeto y consenso en la construcción de la esfera pública de debate y bienestar colectivo.
Un hito en la posición del diputado federal Jair Bolsonaro en materia de DH se produjo con la creación de la Secretaría de Derechos Humanos en 1997, durante el gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso (1995 a 2003). En aquella ocasión, el 9 de abril de 1997, Jair Bolsonaro declaró irónicamente en el pleno: “(...) Gostaria de elogiar o Sr. Presidente da República, Fernando Henrique Cardoso, pela criação da ‘Secretaria da Vagabundagem’, que prefere chamar, logicamente, de Secretaria dos Direitos Humanos” 5. Meses más tarde, el 27 de julio de 1997, afirma: “O grande erro da ditadura foi não matar vagabundos e canalhas como [o presidente] Fernando Henrique [Cardoso].” El 11 de diciembre de 1998 declara: “[q]uero dizer que as pessoas honestas e trabalhadoras do país nada têm a comemorar neste dia 10 de dezembro [Dia Internacional dos Direitos Humanos]”. En su opinion, “[e]nquanto as entidades que dizem defender os direitos humanos não definirem o que são seres humanos, nada teremos a comemorar, pois atualmente elas prestam-se apenas a defender direitos dos marginais, presidiários e vagabundos”. Como estratégia, cambia el nombre de la Secretaría: “Trata-se de uma tese tão forte que Fernando Henrique Cardoso até criou a ‘Secretaria Nacional do Direito da Vagabundagem’” (Barreto Jr. 2022, p. 20; 21; 23).
Este cambio de nombre se retoma el 9 de diciembre de 2014, cuando el diputado vuelve a referirse al Día Internacional de los Derechos Humanos: “[n]o Brasil, este é o dia internacional da vagabundagem! Os direitos humanos no Brasil só defendem bandidos, estupradores, marginais, sequestradores e até corruptos!”. En el contexto de las Elecciones Presidenciales de 2018, destaca que “[o] ECA [Estatuto da Criança e do Adolescente] tem que ser rasgado e jogado na latrina. É um estímulo à vagabundagem e à malandragem infantil” (Barreto Jr. 2022, p. 43; 67), atacando los derechos de niños y adolescentes en situación de marginalidad a través de la intertextualidad del ítem léxico “vagabundagem”, sinónimo de “malandragem”.
La negación del pasado por parte de la actual extrema derecha brasileña, encarnada en la voz de Jair Bolsonaro a lo largo de su carrera, utiliza predominantemente procesos de renombramiento como forma de descalificar la cuestión de los derechos humanos, produciendo una ruptura en los significados del pasado por descalificación y, si lo consideramos desde una perspectiva de orgullo y glorificación de la violencia de las fuerzas militares, de desmemoria.
Por estos medios, promueve una negación total de los problemas y políticas públicas asociadas con cualquier derecho de los grupos minoritarios o de los criminales, teniendo estos últimos, en su significado, una plasticidad que abarca crímenes ideológicos y morales. En su discurso político, el argumento de la guerra adquiere otro nivel, lidiando con el todo o nada, la lógica de amigos vs. enemigos, soldados vs. criminales y el bien vs. el mal. Construye enunciativamente una oposición dicotómica entre fuerzas antagónicas en la disputa por el poder, en la que cada fuerza utilizada por el ganador puede ser considerada legítima, en diametral oposición a la de los perdedores, ya sea en el período de la Dictadura Militar o en el período democrático, en el que las políticas públicas de las fuerzas de seguridad, como lo muestra Teles (2018), tienden a regresar a la lógica del enemigo interno de la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) para gestionar las relaciones sociales en el país. Desde una perspectiva militarista, el concepto de enemigo se extiende potencialmente a todos aquellos que son considerados “enemigos del orden”, ya sea físico o moral.
En los pasajes anteriores, Bolsonaro contrapone semánticamente a las personas honestas y trabajadoras con los Derechos Humanos, yendo en dirección opuesta al proceso de resignificación llevado a cabo por Macri. Si el expresidente argentino amplía el significado de Derechos Humanos para diluir –hasta el límite de la exclusión– la perspectiva opuesta, Bolsonaro restringe sus significados tanto como sea posible, reduciendo tales derechos sólo a aquellos que pueden ser considerados humanos. Por un lado, los “buenos ciudadanos”, en un sentido moral metafísico que considera el “bien” como esencia. Del otro, los “malos ciudadanos”, aquellos que transgreden el orden establecido por muy violento, autoritario y excluyente que sea (Ver Morais, 2019; Morais & Moita Lopes, 2024).
En sus palabras, sería necesario definir la noción misma de lo que constituye ser humano por parte de las entidades de defensa de derechos humanos para saber quiénes estarían incluidos en esta categoría jurídico-política. Al afirmar que los ciudadanos respetuosos de la ley no tienen por qué celebrar el Día Internacional de los Derechos Humanos, el entonces diputado federal promueve, al mismo tiempo, la negación de la fecha simbólica y de las entidades que la representan o defienden. En última instancia, los Derechos Humanos, tal como los entendió el entonces presidente Fernando Henrique Cardoso (Partido da Social Democracia Brasileira/PSDB), los movimientos sociales, las instituciones democráticas y las organizaciones internacionales, tendrían como objetivo defender a los “marginales, presos y vagabundos”. Como criminales, no serían ciudadanos. Al no ser ciudadanos, no tendrían derecho a tener derechos. Al respecto, veamos dos declaraciones del político cuando ya se desempeñaba como Presidente de Brasil:
7. Apresento aos senhores um novo Brasil, que ressurge depois de estar à beira do socialismo. (...) Senhorita YSANY KALAPALO, agora vamos falar de Amazônia. (...) Nesta época do ano, o clima seco e os ventos favorecem queimadas espontâneas e criminosas. Vale ressaltar que existem também queimadas praticadas por índios e populações locais, como parte de sua respectiva cultura e forma de sobrevivência. (...) A visão de um líder indígena não representa a de todos os índios brasileiros. Muitas vezes alguns desses líderes, como o cacique Raoni, são usados como peça de manobra por governos estrangeiros na sua guerra informacional para avançar seus interesses na Amazônia. (...) Nossa política é de tolerância zero para com a criminalidade, aí incluídos os crimes ambientais. (...) O Brasil reafirma seu compromisso intransigente com os mais altos padrões de direitos humanos, com a defesa da democracia e da liberdade, de expressão, religiosa e de imprensa. (...) Foram julgados [Presidentes socialistas que me antecederam] e punidos graças ao patriotismo, perseverança e coragem de um juiz que é símbolo no meu país, o Dr. Sérgio Moro, nosso atual ministro da Justiça e Segurança Pública. (...) Hoje o Brasil está mais seguro e ainda mais hospitaleiro. (...) Ela [a Amazônia] não está sendo devastada e nem consumida pelo fogo, como diz mentirosamente a mídia. Cada um de vocês pode comprovar o que estou falando agora. Não deixem de conhecer o Brasil, ele é muito diferente daquele estampado em muitos jornais e televisões! (...) Seguindo João 8:32: — ‘E conhecereis a verdade, e a verdade vos libertará’. (...) Agradeço a todos pela graça e glória de Deus! Meu muito obrigado.
8. Quem lembra o que era o Ministério dos Direitos Humanos? Quem eram as pessoas que já ocuparam aquele Ministério? Como uma, por exemplo, que tinha lá um site chamado ‘Humaniza Redes’, que era... que incentivava a pedofilia. Dizia que o pedófilo era um doente, [que] devia ser entregue para um hospital, e não ser levado a uma delegacia.
El primero está compuesto por el discurso de Jair Bolsonaro en la 74ª Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), el 24 de septiembre de 2019. En su primer año de gobierno, habla en nombre de un Nosotros nacional, ya que representa la función de Jefe Ejecutivo de un Estado miembro, por lo que su discurso adquiere tonos de formalidad y respeto a las exigencias de este tipo de discurso en el principal organismo multilateral del mundo, la ONU, que tiene como presupuesto fundacional la promoción de la paz y del diálogo. En este sentido, es curioso ver cómo un discurso político fundado internamente en la lógica de la guerra, que da organicidad al movimiento político bolsonarista, necesita atenuar su lógica agresiva y transferirla a sus enemigos y oponentes, utilizando el discurso conspiracionista (Ver Piovezani & Piris, 2022).
La guerra la estaría librando no su grupo político, sino los líderes de movimientos sociales, como es el caso del líder indígena, el cacique Raoni, supuestamente al servicio de una “guerra informativa” gestionada por gobiernos extranjeros con el objetivo de dominando la Amazonía brasileña. El jefe desempeñaría entonces una función similar a la de un espía para entregar la región a intereses internacionales, actuando como una especie de “traidor al país”. Luego, el presidente brasileño retoma precisamente el valor del “patriotismo”, característico del discurso militarista de los años 1960, para promover a su Ministro de Justicia y Seguridad Pública, el ex juez federal Sérgio Moro, responsable del juicio y arresto del ex Presidente. de la República, Luiz Inácio Lula da Silva, “acusado” de socialista.
Al igual que sucede con el discurso político de Mauricio Macri, ambos se presentan como gobiernos de ruptura, representativos de lo nuevo, que combatirían la corrupción, el socialismo y los intereses internacionales. Pese a ello, las diferencias son llamativas, ya que el presidente argentino no deconstruye el pasado dictatorial del país, aunque se apoya en la Teoría de los Dos Diablos para acusar a la guerrilla de haber cometido también crímenes contra las Fuerzas Armadas. En el caso brasileño, se trata de una guerra mítica del “bien contra el mal” (UOL, 2022), en la que solo un bando tiene la autoridad, legitimidad y credibilidad para utilizar la violencia, física y simbólica, contra los enemigos. Este bando fue vencedor en 1964 y en 2018. Alineado con las Fuerzas Armadas, tendría la función institucional de combatir los intereses ideológicos de traidores, espías y guerrilleros contra el pueblo brasileño, en particular los “socialistas”. Hay, por tanto, un uso del pasado en el presente político brasileño que busca legitimar el Golpe de Estado y la Dictadura Militar del 64, retomando sus preceptos para promover una guerra de exterminio de los “enemigos internos” de Brasil en el siglo XXI, como es el caso de los partidos políticos de izquierda, los movimientos sociales y las ONG.
La lógica de la guerra, en esta declaración, invierte la fórmula argumentativa Nosotros x Ellos, expresando, de hecho, un Ellos x Nosotros para legitimar el uso de la violencia contra las fuerzas que se oponen al Estado brasileño y sus elites, acusadas en el contexto de la declaración de financiar y realizar quemas en la Amazonía con el objetivo de ampliar las fronteras agrícolas y las propiedades rurales (Ver Piovezani & Piris, 2022). A diferencia de la Teoría de los Dos Demonios, a través de la cual la sociedad es vista como víctima de la guerra entre las dos fuerzas antagónicas, desde la perspectiva de Bolsonaro, la sociedad está con el Estado en la búsqueda de la ejecución de agentes infiltrados del “caos” o del “mal”, de modo que cualquier uso de la fuerza, incluida la práctica de la tortura, es legítimo, necesario y deseable. La violencia, en este caso, se entiende como violencia de orden, con fines morales y anclada en la defensa de los valores sagrados de la sociedad brasileña. En la fusión de la religión civil de la nación con la religión sagrada de las iglesias cristianas, la “familia” brasileña y su “propiedad” serían protegidas por el Estado.
Veamos, por ejemplo, cómo el discurso del presidente Jair Bolsonaro en el evento denominado “Simposio de Ciudadanía Cristiana”, en la Iglesia Bautista Central de Brasilia, realizado el 18 de octubre de 2021, resalta, de manera más explícita y acusatoria que en el primer extracto, la forma en que la familia brasileña estaba siendo atacada por grupos e ideologías inmorales y pervertidas, pasando de la Guerra al Enemigo Interno de la Doctrina de Seguridad Nacional del 1960 a la Guerra Cultural contra los Derechos Humanos en el siglo XXI. Bolsonaro luego renombra el Ministerio de Derechos Humanos como “ese ministerio”, como una forma de depreciar sus funciones y trabajo. En particular, se trata del sitio web “Humaniza Redes”, que tuvo como objetivo promover y dar a conocer la ampliación de los derechos sociales, incluidos los del público LGBT.
En el centro de este debate, el concepto de “humano” y la acción de “humanizar”, ya que, en la concepción autoritaria del grupo político del presidente, tales políticas tendrían como objetivo humanizar a los inhumanos, asociados a todo tipo de crímenes y desviaciones, ya sea contra la vida, contra la propiedad o contra la moral. Según sus palabras, el propósito del sitio web era “despenalizar” la pedofilia, ya que proponía trasladar el concepto de delito del conocimiento criminal al conocimiento médico, ya que el pedófilo sería considerado como un paciente.
A diferencia de Macri, hay una negación explícita de las demandas más contemporáneas en materia de derechos sociales. Bolsonaro no sólo no niega la Dictadura, el “pasado lejano”, sino que también la reafirma, la exalta, la glorifica, convirtiéndola en un modelo para el país en el siglo XXI y para las políticas de gobierno y de Estado. A diferencia de Macri, este no es un intento de olvidar ese pasado que podría estar funcionando como una especie de ancla que impida el progreso nacional hacia temas supuestamente más urgentes, sino más bien una búsqueda de recordar los crímenes cometidos con orgullo, como modelo de gestión política y humana. acción, amenazando a nuevos enemigos. Esto surge de la falta de creación y consolidación de una memoria social masiva en la sociedad brasileña construida a partir del castigo al Terrorismo de Estado, derivada de la implementación de la Justicia Transicional.
Para legitimar la lógica de la guerra en el siglo XXI, el bolsonarismo encuentra en los Derechos Humanos, especialmente los relativos a la garantía de la Ciudadanía Sexual, su enemigo más destacado, combinando el “peligro rojo” de la Dictadura con el “peligro de la ideología de género”. Encuentra así, en el modelo de Guerra Cultural (Rocha, 2021), la premisa de abrazar un “giro moral” en la extrema derecha brasileña (Morais & Moita Lopes, 2024), cooptando, por estos medios, no sólo élites, sino también amplios sectores de los estratos sociales más empobrecidos y excluidos, que se han asociado cada vez más con el neopentecostalismo evangélico y el fundamentalismo religioso cristiano en general.
En concreto, en el último extracto, Bolsonaro encuentra en la propuesta del Kit Escolar Sin Homofobia, de 2011, elaborada por el Ministerio de Educación de Fernando Haddad (PT), aún durante el Gobierno de Dilma Rousseff (2011 a 2016), el “chivo expiatorio” para afirmar que los gobiernos de izquierda, en su visión socialista, estarían buscando promover la pedofilia y la sexualización de los niños en las escuelas brasileñas. Promueve así el pánico moral en la sociedad. En 2011, cuando se postuló para Presidente de la Cámara, también se instaló la Comisión de la Verdad, con el objetivo de investigar y reparar las violaciones de derechos humanos promovidas por el Estado entre 1946 y 1988. Es decir, en el mismo año, el ultraconservadurismo militar y el fundamentalismo religioso comenzaron a cruzarse en la reorganización política de la extrema derecha brasileña, condensando el imaginario del guerrillero de los años 1960 con el del enemigo homosexual de los movimientos de género de la década de 1960. La década de 2000 se caracteriza, entonces, por fusionar las banderas rojas y arcoíris en la composición del “mal” que hay que combatir en el país.
Consideraciones finales
En esta investigación, nuestro objetivo fue investigar comparativamente la postura de los grupos políticos de dos expresidentes sudamericanos en materia de Derechos Humanos, a saber: Mauricio Macri, que gobernó Argentina de 2015 a 2019, y Jair Bolsonaro, que gobernó Brasil de 2018 a 2022. corpus, recogimos ocho pronunciamientos o declaraciones, seis del grupo político argentino y dos del expresidente brasileño.
En resumen, vimos que, si bien en el contexto argentino hay una deconstrucción de los usos del pasado por parte de antagonistas políticos, como es el caso del kirchnerismo, hasta la fecha su negación es parcial y sin alentar la violencia física. En el caso brasileño, no se reconoce la necesidad de ningún pedido de perdón por el pasado dictatorial, ni de investigación y castigo de los crímenes cometidos por militares. Para Bolsonaro, al ejercer su papel institucional de defensa del país, de hecho, el Régimen Militar debería ser exaltado y sus miembros glorificados como héroes del país. En el primer caso, se crean las condiciones de posibilidad para la organización lingüística de fórmulas discursivas a través de la memoria, que condensan la oposición entre campos políticos y su relación con el pasado nacional. En el segundo, la ausencia de una memoria organizada y consolidada por procesos institucionales y sociales más amplios termina inhibiendo la formación de fórmulas, promoviendo, en cambio, procesos difusos de renombramiento con fines de designificación y pérdida de memoria mediante la descalificación y demonización de cualquier movimiento que busca defender agendas relacionadas con la Memoria, la Verdad y la Justicia en Brasil.
Referencias
AMOSSY, Ruth. Apologia da polêmica. São Paulo: Editora Contexto, 2017.
AMOSSY, Ruth; KRIEG-PLANQUE, Alice; PAISSA, Paola. La fórmula en el discurso: perspectivas argumentativas y culturales. Repères DoRiF n. 5 - La fórmula en el discurso: perspectivas argumentativas y culturales - coordinado por Ruth Amossy, Alice Krieg-Planque y Paola Paissa, Traducción al español de Alejandra Vitale, Noviembre de 2014. Disponible en: http://www.dorif.it/ezine/ezine_printarticle.php?id=177. Acesso en: 19/07/2023.
BARRETTO Jr., Walter. Bolsonaro e seus seguidores: o horror em 3.560 frases. São Paulo: Geração Editorial, 2022.
BAUER, C. S. (2019). La dictadura cívico-militar brasileña en los discursos de Jair Bolsonaro: usos del pasado y negacionismo. Relaciones internacionales, 28(57), 37-51. Recuperado en 25 de julio de 2024, de http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2314-27662019000200004&lng=es&tlng=es.
BERMÚDEZ, Nicolás. La fórmula discursiva en política. Un panorama. Forma y Función vol. 28, n.º 2 julio-diciembre del 2015. Bogotá, Colombia, issn impreso 0120-338x–en línea 2256-5469, pp. 215-234.
DAGATTI, Mariano. De la inserción inteligente al multilaralismo solidario: los presidentes argentinos en la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2019y 2020. In: PIRIS, Eduardo Lopes; DAGATTI, Mariano; GONÇALVES-SEGUNDO, Paulo Roberto. Sudamérica en su laberinto: análisis del discurso político sudamericano en la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2019 y 2020. São Paulo: FFLCH/USP, 2022.
KRIEG-PLANQUE, Alice. A noção de fórmula em análise do discurso: quadro teórico e metodológico São Paulo: Parábola, 2010.
KRIEG-PLANQUE, Alice. As pequenas-frases: um objeto para análise dos discursos políticos e midiáticos. In: Baronas, Robeto Leiser [et al]. Pequenas Frases na Política Brasileira, Francesa e Anglo-Saxônica: Abordagens Discursivas. Campinas-SP: Editora Pontes, 2016.
MORAIS, Argus Romero Abreu de. O discurso político da extrema-direita brasileira na atualidade. Cadernos de Linguagem e Sociedade, 20(1), 152–172, 2019. https://doi.org/10.26512/les.v20i1.12129
MORAIS, Argus Romero Abreu de; MOITA LOPES, Luiz Paulo da. “Virada moral” e entextualização do homossexual como pedófilo em falas de Bolsonaro no congresso (2000 a 2018). ALFA: Revista de Linguística, São Paulo, v. 68, 2024. DOI: 10.1590/1981-5794-e17547. Disponível em: https://periodicos.fclar.unesp.br/alfa/article/view/17547. Acesso em: 5 dez. 2024.
NACUCCHIO, Ailin. « Comment partir sans quitter les siens. Les discours d’adieu de Mauricio Macri », Argumentation et Analyse du Discours [En ligne], 29 | 2022, mis en ligne le 18 octobre 2022, consulté le 04 août 2024. URL : http://journals.openedition.org/aad/6933 ; DOI : https://doi.org/10.4000/aad.6933
ORLANDI, Eni. Maio de 1968: os silêncios da memória. In: ACHARD, Pierre [et al.]. Papel da memória. Campinas, SP: Pontes Editores, 2010.
PIOVEZANI, Carlos; PIRIS, Eduardo Lopes. La construccíon de la “verdad” y los enemigos de Brasil en los discursos de Bolsonaro en la AGNU. In: PIRIS, Eduardo Lopes; DAGATTI, Mariano; GONÇALVES-SEGUNDO, Paulo Roberto. Sudamérica en su laberinto: análisis del discurso político sudamericano en la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2019 y 2020. São Paulo: FFLCH/USP, 2022.
PLANTIN, Christian. A argumentação: histórias, teorias, perspectivas. São Paulo: Parábola Editorial, 2008.
OLIVEIRA, Hélio; POSSENTI, Sírio (Org.). Rumor público: polêmica e fórmula discursiva. Belo Horizonte: Tradição Planalto Editora, 2021.
TELES, E. A produção do inimigo e a insistência do Brasil violento e de exceção. In: GALLEGO, E. S. (Org.). O ódio como política. São Paulo: Boitempo, 2018.
VITALE, María Alejandra. Memória retórico-argumentativa: encontro entre Perelman e Pêcheux. Linha D’Água, São Paulo, v. 29, n. 2, p. 156–172, 2016. DOI: 10.11606/issn.2236-4242.v29i2p156-172. Disponível em: https://www.revistas.usp.br/linhadagua/article/view/120000. Acesso em: 4 ago. 2024.
VITALE, María Alejandra. « Usages du passé et rhétorique de la demande de pardon en politique », Argumentation et Analyse du Discours [En ligne], 29 | 2022, mis en ligne le 18 octobre 2022, consulté le 04 août 2024. URL : http://journals.openedition.org/aad/6555. DOI : https://doi.org/10.4000/aad.6555
Textos retirados de sítios jornalísticos
CARMO, Maria. Como Macri pode usar a aproximação com Bolsonaro para enfrentar ano difícil na Argentina. BBC News Brasil, Buenos Aires, 19 de janeiro de 2019. Disponível em: https://www.bbc.com/portuguese/internacional-46920019. Acesso em: 04/08/2024.
EFE. Macri homenajea a 13 militares asesinados por una guerrilla argentina en 1975. Agencia EFE, Buenos Aires, 04 de octubre de 2019. Disponible en: https://es-us.noticias.yahoo.com/macri-homenajea-13-militares-asesinados-194125867.html. Acceso en: 03/08/2024.
PÁGINA12. Mauricio Macri y la idea fija del "curro de los derechos humanos". El País, 18 de julio de 2023. Disponíble en: https://www.pagina12.com.ar/562566-mauricio-macri-y-la-idea-fija-del-curro-de-los-derechos-huma. Acceso en: 18/07/2023.
ROSEMBERG, Jaime. Mauricio Macri: "Conmigo se acaban los curros en derechos humanos". La Nacion, 8 de diciembre de 2014. Disponível em: https://www.lanacion.com.ar/politica/mauricio-macri-conmigo-se-acaban-los-curros-en-derechos-humanos-nid1750419/. Acceso en: 18/07/2023.
STRUMINBERG, Brenda. Victoria Villarruel planea auditar las indemnizaciones del Estado a víctimas de la dictadura si Javier Milei llega a la Casa Rosada. Infobae, Política, Buenos Aires, 03 de septembre de 2023. Disponible em: https://www.infobae.com/politica/2023/09/03/victoria-villarruel-planea-auditar-las-indemnizaciones-del-estado-a-victimas-de-la-dictadura-si-javier-milei-llega-a-la-casa-rosada/. Acceso en: 03/08/2024.
INFOCIELO. Mauricio Macri volvió a hablar del "curro" de los derechos humanos y desde el Gobierno lo cruzaron. Infocielo, Política y economia, Buenos Aires, 21 de marzo de 2023. Disponible en: https://infocielo.com/politica-y-economia/mauricio-macri-volvio-hablar-del-curro-los-derechos-humanos-y-el-gobierno-lo-cruzaron-n758729. Acceso en: 03/08/2024.
PARABUENOSAIRES. Mauricio Macri: “Conmigo se acaban los curros en derechos humanos”. Para Buenos Airies, Política, Buenos Aires, 08 de deciembre de 2014. Disponible em: https://parabuenosaires.com/mauricio-macri-conmigo-se-acaban-los-curros-en-derechos-humanos/. Acceso en: 03/08/2024.
CASA ROSADA. Entrevista al presidente Mauricio Macri en Buzzfeed. Casa Rosada Presidencia, Entrevistas, Buenos Aires, 10 de agosto de 2016. Disponible en: https://www.casarosada.gob.ar/informacion/conferencias/40668-entrevista-al-presidente-mauricio-macri-en-buzzfeed. Acceso en: 03/08/2024.
FLECHA, Robertino Sánchez. Por diferencias internas, Juntos por el Cambio no logró un comunicado conjunto sobre la posición del Gobierno en la ONU respecto a Venezuela y China, Infobae, Política, 08 de octubre de 2022. Disponible en: https://www.infobae.com/politica/2022/10/08/por-diferencias-internas-juntos-por-el-cambio-no-logro-un-comunicado-conjunto-sobre-la-posicion-del-gobierno-en-la-onu-respecto-a-venezuela-y-china/. Acesso em: 03/08/2024.
BRITO, Ricardo. Bolsonaro determina "comemorações devidas" do 31 de março. Terra, Política, Brasília, 25 de março de 2019. Disponível em:
https://www.terra.com.br/noticias/brasil/politica/bolsonaro-nao-considera-que-houve-golpe-em-1964-e-determina-comemoracoes-devidas-diz-porta-voz,a833162dc1987b126cd259b9717d944d6sjaukq7.html. Acesso em: 03/08/2024.
UOL. Bolsonaro diz que o 'bem sempre vence o mal' ao citar rupturas e eleição. Uol, Eleições 2022, São Paulo, -7 de setembro de 2022. Disponível em: https://noticias.uol.com.br/politica/ultimas-noticias/2022/09/07/bolsonaro-cita-golpe-militar-1964-cafe-da-manha-independencia.htm. Acesso em: 03/08/2024.
UOL. Bolsonaro, sobre o golpe de 1964: Sem ditadura, 'seríamos uma republiqueta'. Uol, Política, São Paulo, 31 de março de 2022. Disponível em: https://noticias.uol.com.br/ultimas-noticias/agencia-estado/2020/03/31/grande-dia-da-liberdade-diz-bolsonaro-sobre-aniversario-do-golpe-de-1964.htm?cmpid=copiaecola. Acesso em: 03/08/2024.
VILELA, Pedro Rafael. Bolsonaro autoriza celebração do 31 de março de 1964. Agência Brasil, Política, Brasília, 25 de março de 2019. https://agenciabrasil.ebc.com.br/politica/noticia/2019-03/bolsonaro-autoriza-celebracao-do-31-de-marco-de1964. Acesso em: 03/08/2024.
MAGENTA, Matheus. Golpe de 1964: novo ministro da Defesa fala em celebrar aniversário 'no contexto histórico' - mas qual é este contexto? BBC News Brasil, Londres, 31 de março de 2021. Disponível em:https://www.bbc.com/portuguese/brasil-56591969. Acesso em: 03/08/2024.
ESTADÃO. Decreto encerra grupo que identificava ossos de desaparecidos políticos. Veja, São Paulo, 22 de abril de 2019. Disponível em: /https://veja.abril.com.br/politica/bolsonaro-encerra-grupo-que-identificava-corpos-de-desaparecidos-politicos/. Acesso em: 03/08/2024.
REDACCIÓN AN. Macri y Obama homenajean a víctimas de dictadura argentina. Aristegui Notícias, Buenos Aires, 24 de marzo de 2016. Disponible en: https://aristeguinoticias.com/2403/mundo/macri-y-obama-homenajean-a-victimas-de-dictadura-argentina/. Acceso en: 03/08/2024.
REDACCIÓN RN. «No fueron 30 mil, son 8.753», las polémicas frases de Milei sobre derechos humanos en el debate. Diário Río Negro, Buenos Aires, 02/10/2023. Disponível em: https://www.rionegro.com.ar/politica/no-fueron-30-mil-son-8-753-las-polemicas-frases-de-milei-sobre-derechos-humanos-en-el-debate-3174454/. Acesso em: 04/08/2024.
Data de Recebimento: 06/11/2024
Data de Aprovação: 12/05/2024
1 Sobre las “frases cortas” en el discurso político, véase Krieg-Planque (2016)
2 La simplificación es sólo aparente, ya que, en muchos casos, las abreviaturas producen aún más significados y efectos de sentido que la versión completa (original/primaria) de la fórmula. Al respecto, véase Possenti y Oliveira (2021).
3 A esse respeito, ver também Amossy, Krieg-Planque & Paissa (2014) e Bermúdez (2015).
4 Ejército Revolucionario del Pueblo.
5 Considerando la proximidad entre los idiomas y la posibilidad de que la traducción “corrompa” los textos originales, mantendremos los datos del corpus de Bolsonaro en portugués.