Revista Rua


"La mayoría del público no es empleado público": asueto de carnaval en Bs As y medios
"The majority of the public is not a civil servant": carnival leisure in Bs As and media

Patricia Bouzas

solo se justificaba en la Administración pública, pierde el poco nicho de legitimidad que tenía. En este punto se activa otra posible lectura que redunda en “el público (que mira) no es público (masivo)”.
La lectura gerenciadora de la ciudad va ganando terreno en el corpus y así, filtrados por esa lógica los otros discursos alrededor de lo urbano ni siquiera aparecen como posibilitados. El desvío se produjo hacia lo administrativo exclusivamente.
Así, en nuestro corpus, el asueto de unos (pocos)solo trae consecuencias negativas para otros (la gran mayoría perjudicada), lógica según la cual se lee en términos restrictivos una intervención en el espacio urbano (presentada como intervención en el almanaque) a la que se le ha quitado toda legitimidad. El discurso administrativo logró poner en primer plano un hecho, por lo menos, llamativo. Las dos crónicas marcan la ausencia de trabajo y la segunda agrega una ausencia más: la del sentido (del feriado). Entendemos que la interpretación negativa del asueto se proyecta de manera ejemplar sobre aquello que la existencia del mismo celebra, esto es, una ciudad sin otra fiesta popular representativa pero que aún sostiene una densa tradición con este festejo público y gratuito en la calle durante el mes de febrero.
La pregunta que hay que hacerse es por qué frente a un hecho legal que es el reconocimiento de una tradición fuerte de la ciudad, tradición que las mismas crónicas registran aunque sea en parte, es posible la formulación en términos de “no trabajo/no sentido”. Coincidimos con Orlandi (1998) en la idea de que lo que es pasible de ser formulado puede ser hecho en el interior de lo formulable y constituirse, con su enunciado, en una historia de formulaciones. O dicho en otros términos, entendemos que lo que se formula aquí no se constituye como discurso aquí, ni siquiera a la luz de la ley de 2004, sino en otro momento de la historia, en la elección de una zona de la memoria discursiva que provee cierta filiación de sentidos (e imposibilita otras filiaciones). Se nos vuelve necesario entonces ahora revisar el modo en que la dictadura de 1976 presentó la decisión de sacarle a la ciudad los feriados de carnaval.
 
LA DICTADURA MILITAR ES MEMORIA ENCARNADA
 
LEYES[10] 
FERIADOS
Días feriados y no laborables en todo el territorio de la Nación.


[10]Ley 21320 BO 14/6/1976 reproducida en Vainer (2005).